Igual acabo releyendo esto en algún momento, allá en el futuro, bendiciendo mi persona por llegar hasta una idea tan genial. Todo comenzó hace tiempo, no recuerdo exactamente cuándo, pero sé de buena tinta, la propia, que sucedió por mi falta de memoria. De vez en cuando, y sobre todo cuando charlaba con dos grandes amigos, aparecían en mi cabeza y llegaban hasta mi boca grandes pensamientos que deseaba retener para recordarlos por siempre. Necesitaba registrarlo bien y para ello recurrí a dos posibles métodos, un diario o una grabadora de voz. Pero debido a mi perra naturaleza el primero no daba buenos resultados, pues tenía tal cacao en la cabeza que mientras escribía una idea, otra ya había ocupado su lugar y se mezclaban.

Pasé al plan B: registrar las ideas grabando mi voz. También falló, pues por lo visto mis ideas van más rápido que mi capacidad para expresarlas verbalmente. Pasaron los años, fui madurando, o eso se dice, y gracias a mi nuevo espíritu auto-definitorio me di cuenta dónde residía el problema: no me expreso con claridad. Así, decidí que debía someterme a una estricta disciplina, pero claro, eso nunca llegó, al menos hasta ahora.

Reflexiones sobre por qué demonios escribo esto.

[Auto-grafo.]

[Más información biográfica y sobre este proyecto.]